Rocío Maderna y su marido, José Ángel Gutiérrez, llegaron al Valle de Ocón por casualidad, pero tenían claro su objetivo. Encontraron el lugar ideal en Aldealobos y a día de hoy, tienen una casa preciosa, donde quieren que los viejos amigos se encuentren y añadan un nuevo y buen recuerdo más a sus vidas.
-Ubicados en el corazón del Valle de Ocón. ¿Qué les une a la zona?
Conocimos la zona por casualidad, porque queríamos tener un proyecto de turismo rural, ya que somos muy aficionados a este tipo de turismo.
-¿Cómo surgió el proyecto?
Miramos casa rurales en venta durante 12 meses, hasta que apareció La Casona de Aldealobos. Esta fue con diferencia la casa que más nos gustó, tanto a nosotros como a nuestras hijas.
-Su casa es un antiguo pajar de 1890 rehabilitado. ¿Cómo fue el proceso?
La Casona de Aldealobos es el resultado final de la rehabilitación de un antiguo pajar construido en 1890, destinado en la parte baja al cuidado del rebaño y, en la parte alta, al almacenamiento de la paja y el grano del ganado.
Se han conservado los elementos más característicos de la zona, la fachada con su antigua piedra de río, la calidez de las maderas, los muros de mampuesto y el patio exterior con barbacoa.
-¿Qué es lo que más les gusta a los huéspedes cuando descubren su alojamiento?
Sabemos que a veces es complicado coincidir con los amigos que llevas tiempo sin ver. Pero cuando es posible, surgen momentos maravillosos. Quisimos que la Casona de Aldealobos fuese ese lugar donde los viejos amigos se pudieran encontrar para comer y cenar, para charlar y reír. Un lugar donde añadir un bonito recuerdo más a la vida.
-¿Y qué es lo más les gusta de la zona?
La casa está integrada en el Valle de Ocón, tenemos sinergias con negocios de la zona, como la granja de huevos ecológicos HuevoOcón. A los huéspedes les regalamos una cesta de productos típicos de la zona y los clientes con niños ven muy positivo el poder acudir a la granja a por la docena de los huevos gratis y poder ver las gallinas.
La amplitud de la casa, el patio cerrado con barbacoa y la adaptación de toda la planta baja de la casa a personas con movilidad reducida son también aspectos que destacan los clientes de La Casona.
La cercanía a Logroño y Pamplona les permite hacer excursiones en el día.
-Háganos un pequeño plan para pasar un día en Ocón…
Salir a las 9 de La Casona para ir caminando hasta el molino de viento de Ocón, lugar privilegiado por las vistas y por la visita al interior del molino, único molino de viento de La Rioja.
Comer en la explanada del molino en el área recreativa habilitada para ello. Cerca se encuentran el Yacimiento arqueológico de Parpalinas, villa romana surgida en el siglo II d.C.
A unos metros está el mejor restaurante del Valle de Ocón, el Restaurante La Alameda, precioso entorno y famoso por su plato típico, el cochinillo lechal, aunque también es ideal para hacer una parada y tomar un café.
Al volver a La Casona, ya al atardecer, es el momento de comenzar a preparar la barbacoa de la noche y poderla disfrutar en el patio exterior, de uso exclusivo para los clientes.